Las Llactas son la mejor
prueba del espíritu imperial de los Incas y su afán de dominar permanentemente
las naciones que conquistaban. Son éstas grandes asentamientos construidos en
la ruta del CapacÑan (Camino Real Incaico) con la finalidad de controlar y
administrar la economía de las diferentes regiones conquistadas. Fueron
construidas siguiendo un planificado orden mandado por la necesidad de
controlar y retener sus conquistas. En esencia, las llactas fueron ciudades burocráticas
donde residían los administradores incas y todos los funcionarios de su ayuda,
junto con sirvientes y artesanos.Picchu (nombre original de Machu Picchu) fue
una de estas llactas, pero retuvo para sí un papel especial. Es la única
alejada del CapacÑan y fue construido en un lugar recóndito e inexpugnable del
valle de Tampu, en tierras de la panaca de Pachacutec (el fundador del
Tawantinsuyu). Fue la mas bella del imperio porque fue construida para ser el
refugio y morada de lo más selecto de la aristocracia en caso de un sorpresivo
ataque. Los caminos que conducían a Picchu eran prohibidos para el común de la
población, pues era su ubicación un secreto militar. Los profundos barrancos y
agrestes montañas son la mejor defensa natural.Como toda llacta importante, no
dejaron de estar presentes en Picchu un Acllawasi ("casa de las
escogidas"), un intiwatana (reloj solar, que marca las estaciones del
año), kallancas (galpones para los guerreros), baños y acueductos, así como
amplias áreas con andenerías.
El Intiwatana o "lugar
donde se amarra al sol". Esta piedra es la pieza central y más importante
de un complejo sistema de mediciones astronómicas para determinar las fechas de
inicio y fin de las campañas agrícolas.
Finalmente Picchu cumplió
con la razón para la que fue construida. Sirvió como refugio a una parte de la
aristocracia (en especial de las Acllas -mujeres escogidas para servir al dios
sol-) después de la conquista española del Cusco en 1532. Al estar (como ya se
dijo) alejado de toda ruta y no ser un centro productor, no recibió el embate
directo y destructivo de los nuevos conquistadores. A la captura del último
Inca rebelde: Tupac Amaru, debió ser abandonada, pues ya no había razón para
seguir viviendo en ella.
Está ubicada a 130
kilómetros al nor-oeste del Cusco, en la provincia de Urubamba, en la cresta
del cerro Machu Picchu.Los arqueólogos han dividido Picchu en 3 grandes
sectores: (1) Barrio Sagrado, incluye el Intiwatana, el Templo del Sol y la
Habitación de las Tres Ventanas, (2) Barrio de los Sacerdotes y la Nobleza
(zona residencial) y (3) Barrio Popular, el la parte sur de la ciudad, donde se
encuentran las viviendas de la población común. Todas las edificaciones en
Picchu siguen el clásico estilo arquitectónico inca: construcciones con muros
de sillares pulidos de forma regular, junturas perfectas entre los bloques de
piedra y un ligero talud o inclinación, haciendo que la base sobresalga
ligeramente con respecto a su remate. Vanos siempre trapezoidales y uso de
hornacinas y esculpidos como ornamentos arquitectónicos.
La habitación de las Tres
Ventanas, representación simbólica del Tamputocco, o cerro con tres ventanas de
donde, según el mito de Los Hermanos Ayar, salieron los Incas el día de la
creación.
Picchu puede ser conocida,
también, como la ciudad de los andenes, las escalinatas y fuentes de agua. De
las primeras, se pueden contar más de un ciento, algunas de las cuales con cien
peldaños o más. En algunos casos la escalinata de ocho o diez peldaños ha sido
esculpida íntegramente en un solo bloque de roca de granito. En todo el área de
Picchu abundan los estanques y fuentes de agua llamadas "pacchas",
labradas en piedra e interconectadas por canales y desagües perforados en la
roca.
El 24 de julio de 1911 es
conocido por ser la fecha del "descubrimiento" de Machu Picchu, por
el aficionado a la arqueología y explorador norteamericano Hiram Bingham. Sin
embargo, llegar a este día para su principal protagonistas no fue producto del
azar. Años antes, Bingham se interesó en las leyendas tejidas en torno a la
llacta de Vitcos o Viticos, el último refugio de los incas rebeldes a los
españoles en la selva de Vilcabamba, narradas de forma épica por cronistas de
esa época. En 1906 realiza un viaje por la ruta Buenos Aires - Cusco, antiguo derrotero
comercial durante la colonial . Llegando a esta última ciudad se reencuentra
con su interés por la legendaria ciudad Inca (Vitcos) y el valle de Vilcabamba.
Emprende viaje a la ciudad de Abancay, entrada natural a esa parte de la selva
donde supuestamente estaría Vitcos. Allí es informado de la existencia de una
ciudad perdida en el "monte" (selva escarpada). Emprende viaje, y los
guías locales lo llevan a unas imponentes ruinas que ahora conocemos como
Choquequirao. Bingham no se dejó impresionar, la Vitcos de sus sueños debía ser
más imponente aún. Regresa a los Estados Unidos, entusiasmado por el
descubrimiento a reunir fondos para continuar con sus exploraciones, logrando
conseguir el apoyo de la NationalGeograficSociety y la universidad de Yale,
además de dinero entregado por amigos y familiares. Encontrar Victos ya no era
solo un interés académico, era una empresa bien planificada.
En enero de 1911, el Sr.
Braulio Polo y la Borda, propietarios de la hacienda Echarati, en la localidad
de Mandor, provincia de la Convención, departamento de Cusco, tiene como
invitado al Sr. Giesecke, por entonces rector de la Universidad San Antonio
Abad del Cusco, a quien le cuenta que toda la zona estaba plagada de ruinas
incas (una de ellas, era Machu Picchu). Giesecke, conocedor del interés de
Bingham, le escribe, contándole sobre este hecho. Un dato a tomar en cuenta es
el libro escrito por el inglés Charles Winner en 1880: "Pérou et Bolivie.
Récit de Voyage, survid'etudesarchaéologiques et etnográfhiques et des notes
sur l'escritureel laslengues des populationindiennes", en donde consigna
un mapa con los topónimos de Machu Picchu y Huayna Picchu.
En 1911 Bingham llega al
valle de Vilcabamba, pasa por Mandor y contrata los servicios del guía local
Melchor Arteaga. El 24 de julio llegan a la sima del cerro llamado Machu
Picchu, donde esta la fabulosa llacta inca de Picchu. Bingham la bautizó con el
mismo nombre del cerro que la cobijaba y no tuvo dudas que ésta, si era la
legendaria Vitcos. Al poco tiempo da cuenta de su descubrimiento.
Luego de este primer
contacto con Machu Picchu, Bingham se comunica con Giesecke, quién cuenta el
acontecimiento a José Cosio, Secretario de la Universidad San Antonio Abad del
Cusco y catedrático de la Facultad de Letras, quien le sugirió organizar una
expedición comprobatoria. Este último se comunicó con Enrique Palma, el que le
refirió haber visitado Machu Picchu 10 años antes (1902). Partieron en una
expedición llegando al lugar el 18 de enero de 1912, encontrando la inscripción
que Palma había dejado como recuerdo de su estadía. Este refirió que en aquella
vez encontraron un arrendatario apellidado Meza cultivando en chacras y andenes
del sitio arqueológico. Dijo pagar la suma de 12 Soles de Oro al propietario de
la Hacienda Cutija. En 1912 los arrendatarios de esas mismas tierras eran los
Señores Arteaga y Lizárraga, siendo el primero el que guió a Bingham en 1911.
Encontrado Machu Picchu, la
Vitcos de sus sueños, Bingham contrata en los Estados Unidos a una plana de
arqueólogos y antropólogos (entre los que destaca G. Eaton) para excavar el
lugar. Con los auspicios del Gobierno del Perú de esos años, y dando clara
muestra de su desinterés por el pasado incaico, dan permiso a la expedición de
llevar a los Estados Unidos los objetos encontrados durante los trabajos de esa
temporada. Es así que a fines de 1911 se produce un motín en el sureño puerto
de Mollendo protestando por la salida del país del material arqueológico. En
1912 se repiten estos sucesos, incluyendo además a las ciudades de Puno,
Arequipa y Mollendo.
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